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MANDO YO
Marcos 11:27-33
11:27 Volvieron entonces a Jerusalén; y
andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los
escribas y los ancianos,
11:28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces
estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas?
11:29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y
os diré con qué autoridad hago estas cosas.
11:30 El bautismo de Juan,
¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme.
11:31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
11:31 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
11:32 ¿Y si decimos, de los hombres...? Pero
temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta.
11:33 Así que, respondiendo, dijeron a Jesús:
No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas
cosas.
INTRODUCCIÓN.
Una pregunta interesante le
hicieron a Jesús las autoridades religiosas de su tiempo. Esta pregunta se la
hacen a Jesús debido a los hechos que rodearon la entrada de Jesús a Jerusalén
y mas específicamente al templo. Las autoridades religiosas estaban incomodas, estaban preocupadas por
todo lo que Jesús estaba generando en estos momentos. El Señor había hecho
algunas cosas que habían llamado la atención de los religiosos, entre esas
cosas podemos mencionar: La maldición de la higuera, eso se encuentra en el
contexto de este pasaje, Jesús había lanzado una palabra de maldición contra
una higuera y ellos entendieron bien que esa maldición no era realmente contra
un árbol solamente, había un mensaje de fondo, la planta de la higuera para
todo judío es claramente un tipo de la nación de Israel; otra de las cosas que había
hecho Jesús, la purificación del templo. Era la segunda vez que Jesús lo hacia
y con una autoridad inusitada Jesús se presenta la templo y volcó las mesas de
los cambistas y exige santidad en la casa de Dios, purifica el templo; otra de
las cosas por las cuales Jesús es cuestionado: la entrada en Jerusalén, cuando Jesús
entro en Jerusalén las Escrituras dicen que los niños proclamaban alabanzas al
Señor y proclamaban a Jesús como el Rey, el hijo directo de David y clamaban ¡HOSANNA!,
una expresión mesiánica que significa “sálvanos ahora” y se la estaban
atribuyendo al Señor Jesús. Estas cosas habían causado impacto en toda la
ciudad, y no solamente en la gente de la ciudad, sino en las autoridades
religiosas del momento. Pero el celo fanático, la hipocresía, la avaricia y
la maldad de los Ancianos, los Escribas y los principales sacerdotes salieron inmediatamente
a flote.
En
vez de alegrarse por que el Mesías de Israel había sido finalmente enviado,
después de esperar por casi mas de 3000 años, la aparición de ese Mesías, en
vez de gozarse porque por fin el libertador de la nación había llegado a los
hombres, estos hombres lo que hicieron fue mostrar un celo fanático
impresionante, una hipocresía nociva, una avaricia y una maldad de corazón sin
limites, ellos no podían estar tranquilos y aprovecharon la estadía de Jesús en
el templo para confrontar sus actuaciones y aun atacar al mismo Señor Jesús de
una manera publica.
Ese
es exactamente el corte, el perfil de los religiosos de este tiempo, cuando hay
una persona que confronta el sistema, cuando una persona confronta la autoridad
establecida, porque la autoridad comienza a fallar, porque la autoridad comete
errores, porque la autoridad comete excesos, inmediatamente la autoridad, o los
representantes de esta autoridad se sienten incómodos y no soportan el ser
confrontados en sus actuaciones y entonces atacan a aquel que esta
cuestionándolos, a aquel que los esta poniendo en evidencia ante la opinión
publica. Los lideres religiosos de Israel pretendían enjuiciar la autoridad de Jesús,
por eso se acercan como los supuestos representantes de Dios, como la autoridad
de Dios, pero fue Jesús quien desvirtuó la autoridad espiritual de ellos, ellos
no habían entendido o no querían reconocer que delante de ellos estaba Dios en
persona, Dios encarnado en la persona de nuestro Señor Jesucristo y por no
reconocerlo, de una manera insolente y atrevida se acercan al Maestro, se
acercan al Mesías de Dios, se acercan al Hijo del Eterno, se acercan a Dios
mismo, a Emmanuel, para cuestionarlo.
Así
somos a veces nosotros los hombres, si Dios nos permite llegar a sitios o
posiciones de autoridad nos olvidamos que esa autoridad no es nuestra, que
sencillamente lo que hacemos es representar la autoridad suprema que es
Dios. Somos únicamente representantes de
esa autoridad. El apóstol Pablo dice que toda autoridad establecida se deriva y
proviene de Dios. La máxima autoridad y realmente, la genuina autoridad es
Dios, los demás funcionarios que ejercen autoridad son sencillamente delegados
de Dios. Autoridades delegadas.
Este es un cuadro donde el asunto es cuestión de
autoridad. Esta situación se repite día a día en la vida cotidiana de un
ministro o de un creyente en Jesucristo que ejerce su autoridad ante un mundo
opositor al reino de Dios.
Por tanto veamos de cerca las escenas de este conflicto
de poderes:
CAPITULO 1
LA AUTORIDAD DE JESÚS ES CUESTIONADA
Querían acusarlo de rebelde
Los dirigentes religiosos cuestionaron seriamente los
actos del Señor. Ellos se acercaron a Jesús con el propósito de acusarlo de
rebelde. Querían acusarlo de que Jesús era un hombre sin ley, que Jesús era un
hombre sin Dios, que Jesús era un rebelde sin causa.
Querían declararlo blasfemo
Ese era el propósito que se
ocultaba en el corazón de estas serpientes disfrazadas de ministros, querían
acusarlo de rebelde y querían declararlo un blasfemo. Lo atacan directamente
cuestionando sus actos, le preguntaron de una manera directa al Señor Jesús, le
dijeron: ¿Con que autoridad haces estas cosas? Pero no solo se quedaron allí;
los dirigentes
cuestionaron también su línea de mando. Ellos añadieron a la pregunta y ¿Quien
te dio autoridad para hacer estas cosas? Fíjese que la pregunta tiene un doble
sentido, la primera parte de la pregunta del cuestionamiento eran los actos de
Jesús y en segunda instancia querían cuestionar la línea de mando de Jesús, le
dicen: ¿Quién te dio autoridad para hacer estas cosas?
Es evidente que los actos de Jesús los irritaron a ellos,
los molestaron porque Jesús siendo el Hijo de Dios les enseño como era que
tenían que actuar siendo representantes de Dios, siendo la autoridad de Dios o
mejor, los representantes de la autoridad de Dios entre los hombres, Jesús les
da testimonio de cómo es que tiene que actuar una persona en el nombre del
Señor y eso los molestó.
Cada vez que usted de un buen testimonio, o haga las
cosas correctamente, cada vez que sus actos se hagan en luz y en vedad, siempre
ese testimonio va a poner en evidencia a los que andan en tinieblas y no lo
soportaran, antes por el contrario ellos trataran de cuestionar también sus
actos, porque sus actos, los actos de aquel que es justo, aquel que anda en la
verdad y en la luz cuestionarán y evidenciarán la naturaleza del corazón de
estas personas.
Al cuestionar la línea de mando de Jesús ellos están
poniendo en duda que Jesús sea un hombre que venga en nombre del Señor, ellos
estaban diciendo; “Dios no te mando y esas cosas que haces, las haces en tu
propio nombre. Dios a ti no te ha mandado a hacer esas cosas y no te ha
enviado, así que lo que haces no son actos divinos no son las señales divinas,
no son las señales del Mesías ni mucho menos tu eres el Mesías”. Eso fue lo que
hicieron los dirigentes del tiempo de Jesús.
Hay algo que molesta también a estos hombres. Jesús era
un Maestro de provincia, Jesús era un Rabino provinciano, como decimos nosotros,
Jesús era un “campesino en la ciudad” pero tenia autoridad, el no era nativo de
Jerusalén y era allá donde se educaban los rabinos y los doctores y se
graduaban bajo la instrucción de un rabino especializado. Ejemplo, en Jerusalén
por lo menos habían 3 escuelas; la escuela de Hillel, un sabio judío,
reconocido en la tradición histórica. La escuela de Shamai otro sabio judío de
una línea un poco diferente de la de Hillel y también se conoce la escuela de
Gamaliel pero la escuela de Gamaliel, al parecer, estaba en Siria en donde se
educo el apóstol Pablo. Este fue un rabino instruido a los pies de Gamaliel y
Pablo era de Tarso, una ciudad de la provincia de Silicia lo que se conoce hoy
con el nombre de Siria.
Habían escuelas rabínicas especializadas en donde los jóvenes
judíos tenían la oportunidad de llegar a ser catedráticos de la ley, rabinos,
escribas, profesionales, transcriptores de la Sagrada Escritura. Jesús al
parecer no se había educado en una de estas escuelas rabínicas, parece que
recibió cátedra de algún rabino, pero no reconocido en Jerusalén o un rabino de
Nazaret y no soportaban que Jesús tuviera la sabiduría de un prestigioso rabí
de Jerusalén. Él era un maestro de provincia, pero tenia algo, Jesús tenia
autoridad. Nunca Jesús se basó en las enseñanzas de otro rabino, Jesús siempre
se basaba en las Escrituras, el decía por ejemplo, en su instrucción: “oísteis
que fue dicho”, generalmente estaba basado en un profeta, un salmista o estaba
en los escritos sagrados, allí se basada su autoridad, se basaba en la Palabra
revelada de Dios, mas Jesús decía: “oísteis que fue dicho… pero yo os digo” eso
evidencia que Jesús era un rabino con autoridad, un maestro con autoridad y se
basaba en las Escrituras y en el criterio o interpretación que Dios le daba. Evidentemente
Jesús era un hombre que tenia revelación, tenia la unción del Espíritu conocía
la Palabra, estudiaba la Palabra por eso el Espíritu le unge y cada palabra que
Jesús da es un “Rhema” de Dios, una palabra que esta cargada de la unción de Dios,
en cambio los dirigentes capitalinos lo único que tenían era poder religioso,
por eso la gente seguía a Jesús y a ellos les estorbaba, les molestaba en extremo que la gente siguiera a Jesús y no
a ellos.
Así como Jesús fue cuestionado por sus actuaciones y procedimientos justos y santos; Así también
sus ministros lo serán, cuando estos actúan en verdad y en justicia. Pero no
tengas temor a los cuestionamientos de los impíos. A los cuestionamiento de
aquellos que te señalan, que te critican, que te juzgan y te condenan. La
Biblia nos enseña que todo aquel que es de Dios viene al Señor, a la luz para
que se haga manifiesto que sus obras son hechas en Dios, pero el que no ama la
verdad, que no ama la luz, no viene a la luz para que sus obras no sean reprendidas.
Si usted esta actuando en verdad y en justicia a usted siempre Dios le va a
respaldar, Dios le da autoridad aunque los hombres no le den reconocimiento;
aunque los hombres no le den títulos; aunque los concilios no le den
credenciales, usted será una autoridad de Dios.
CAPITULO DOS
LA FALSA
AUTORIDAD
ES CONFRONTADA
En la segunda escena que vemos aquí, la falsa autoridad
es confrontada, estos falsos que pretendían ser la autoridad de Dios son
confrontados como lo hace Jesús?
Jesús usó las mismas armas para confrontar la falsa
autoridad de sus detractores; las armas que ellos usaron fue la pregunta y
Jesús les hace una pregunta teológica, Jesus es un sabio, se las sabe todas. El
no le podía hacer una pregunta de menor talante de menor contenido a unas
personas que eran expertas en el conocimiento de la Palabra de Dios, si estos
hubieran sido unos niños Jesús no hubiera hecho esta pregunta teológica, porque
un niño no tiene la capacidad teológica para responder a una pregunta de
naturaleza teológica, pero estos detractores eran hombres de Jesus eran hombres
que conocían bien las Escrituras eran hombres que tenían conocimiento
teologico, asi que Jesus usa la misma armaq Una pregunta teológica.
A.
Jesús
descubrió públicamente la hipocresía y la mentira de la
clase dirigente.
B.
La
verdad era que los dirigentes sí sabían la respuesta, pero
decir la verdad implicaba reconocer
inmediatamente que la
autoridad de Cristo era divina.
CAPITULO TRES
ARGUMENTOS
A.
Los
argumentos con que se justificaron los dirigentes
judíos son la base de la declaración teológica de los
Gnósticos: “No sabemos”.
B.
El
agnosticismo es una salida falsa al problema del pecado
de la raza humana
C.
El
agnosticismo no tiene respuestas reales a las necesidades humanas
Conclusión.
Había una marcada diferencia entre
Jesús y los líderes espirituales de su tiempo. Jesús tenía autoridad, los
líderes espirituales tenían poder.
La gente seguía a Jesús por su
ejemplo, su sabiduría y su amor.
Los líderes religiosos obligaban a la
gente a sometérseles por el peso de la ley, más no por amor a Dios.
En nuestra nación se vivió en un
conflicto de autoridad. Ej: Fiscalía versus Procuraduría, Presidencia versus
Poderes militares, Corte Constitucional versus Corte suprema de justicia. En
medio de esta crisis un presidente declaró en uno de sus discursos: “aquí mando
yo”. Esta frase la dijo en virtud de una posible e inminente rebelión militar.
Nos preguntamos: ¿qué tiene un Presidente, autoridad o poder?
Le pregunto a Ud. ¿sigue
Ud. a su pastor por lealtad o por dignidad ministerial? ¿Sigue Ud. a Jesús por
su autoridad o por su poder?